Todos estamos más que acostumbrados a escuchar conceptos en mayor o menor medida sobre Open Banking, a leer artículos sobre el movimiento y a comentar sobre la legislación que están promoviendo diferentes países alrededor del mundo para su regulación y correcto funcionamiento.
Lo más importante y revolucionario del Open Banking es que la información financiera de los usuarios ya no es de los bancos, sino que son los usuarios los propietarios de la misma y deciden qué hacer con ella. La realidad actual se centra en posicionar al usuario en el centro de todo al decidir qué hacer con su información financiera y con quién quiere hacerlo.
Para poder llegar al desarrollo pleno de dicho movimiento, siempre se ha necesitado de los “early adopters”, quienes son una parte fundamental en el desarrollo del ecosistema Open Banking. Son todas aquellas empresas, incluidos bancos, que se lanzaron a ofrecer productos y servicios antes de que saliera ningún tipo de regulación o ley y que apostaron por este movimiento, ya sea porque les solucionaba un problema real que tenían, porque les servía para desarrollar nuevos modelos de negocio o para ofrecer productos financieros con mejores condiciones a sus clientes.
Esto se ha vivido en Europa, donde desde mucho antes del lanzamiento de la Directiva PSD2 (regulación europea sobre servicios de pagos electrónicos cuyo objetivo es aumentar la seguridad de los pagos en Europa, así como promover la innovación y la adaptación de los servicios bancarios a las nuevas tecnologías), ya había empresas dispuestas a ofrecer servicios a sus clientes basados en plataformas que ya proporcionaban infraestructura y productos de estas características, como es el caso de Afterbanks, quienes ofrecen soluciones Open Banking desde el año 2012.
Si algo queda claro, es que se necesitan más “early adopters” en LATAM que miren hacia el futuro y que apuesten por el movimiento. Que cubran la demanda de un mercado cada vez más enfocado en este tipo de soluciones y que den el empujón necesario para crear nuevos casos de uso y modelos de negocio innovadores, eficaces y transparentes para con el usuario. Todo esto con un objetivo final muy claro: empoderar a los clientes de los servicios financieros de toda Latinoamérica.
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